jueves, 24 de febrero de 2011

Entrevista con Renato Sandoval: "En principio, no hay una sino muchas literaturas latinoamericanas"


Reproducimos la entrevista al poeta Renato Sandoval que le realizó la revista BABYLON de la aerolínea AirFrance sobre el actual premio nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa y sobre otros ganadores de dicho premio.

1.¿Cree que, en general, en Latinoamérica se peca de un excesivo provincianismo a la hora de valorar el Premio Nobel, que en algunos casos se convierte en una cuestión de Estado y se celebra o se critica con gran vehemencia?

Yo creo que eso pasa no solo aquí sino en otras partes del mundo, tanto en lo literario como en cualquier otra actividad. Sin ir más lejos, ahí están las innumerables críticas en España contra la reciente concesión a Lionel Messi del premio al mejor jugador del mundo, un jugador como no lo hay en este planeta. Sin embargo, muchos españoles -que sin duda adoran a Messi- han puesto el grito en el cielo porque no se lo dieron a Xavi o Iniesta, compatriotas suyos. ¿No es eso también “provincialismo”?

2.¿En qué medida ha podido influir la ausencia de traducciones o buenas traducciones de algunos autores latinoamericanos a la hora de lograr el Premio Nobel de Literatura? ¿Puede ser éste el caso de César Vallejo o Juan Carlos Onetti? ¿Conoce más ejemplos de este tipo? ¿Cree que hay autores latinoamericanos cuyo valor y calidad literaria sólo se puede valorar leyéndolos en español?

Lo de poder leer a un autor en el original es, obviamente, lo ideal. Pero, aparte de los que escriben en las lenguas mayoritarias, ¿cuántos de ellos están traducidos al sueco o, en todo caso al inglés, francés, italiano o alemán, que son los idiomas que maneja el 90% de los que conforman el Comité Nobel. Ha tenido que pasar casi un siglo para que por fin se premiara a un autor en portugués (Saramago) o en árabe (Mahfuz). ¿Y para cuándo los de las dos mil otras lenguas que tienen escritura? Más realista es decir que el Nobel es un premio “local” con pretensiones de universalidad.

3. ¿Cree que la literatura latinoamericana, en general, tiene una vocación universal, o está demasiado encerrada en sus circunstancias temáticas o lingüísticas? ¿En qué medida puede influir la universalidad de un autor o una obra a la hora de obtener un galardón como el Nobel?

En principio, no hay una sino muchas literaturas latinoamericanas, casi tantas como escritores existen. Su mayor o menor universalidad, más allá de los temas o de las formas, dependerá de su indagación en lo humano, de su capacidad para dar cuenta de su entorno, de explorar con urgencia y con imaginación las pulsiones de la vida, de ampliar la visión que se tiene de la existencia, de sacudir nuestras conciencias embotadas por egocentrismo, la indiferencia o la pusilanimidad. En América Latina, para suerte de todos, tenemos autores de altísima talla, a los que anualmente muy bien se les podría conceder un Nobel, y sin tener que rotar de continente.

4. Observando, en general, la trayectoria de los Premios Nobel de Literatura, ¿puede decirse que los galardonados son en cierto modo ‘populares’, sencillos? ¿los escritores difíciles, oscuros, suelen quedarse fuera? ¿Cree que existe algún escritor latinoamericano que por esta causa, por su dificultad o introspección, no haya obtenido el Nobel?

Me parece que en la historia del Nobel ha habido de todo un poco: los populares (García Márquez, Neruda, Vargas Llosa), los herméticos (Eliot, Montale, Quasimodo), los filosóficos (Sartre, Russell), los aventureros (Kipling, Hemingway), los políticos (Pinter, Fo, Kertesz), los “desconocidos” (Szymborska, Gao Xingjian), los líricos (Elytis, Seferis, Sain-John Perse), entre otros. Pero lo cierto es que no abundan premiados de, por ejemplo, estilo barroco, acaso por su gran dificultad para ser traducidos. Los ejemplos más saltantes son los cubanos José Lezama Lima y Alejo Carpentier, y, en el caso de la lengua portuguesa, el del brasileño João Guimarães Rosa, con su maravillosa novela Grande sertão: Veredas, que para mí es a la vez el Quijote y el Fausto del siglo XX.

5. ¿Cree que en la literatura latinoamericana ha habido la suficiente diversidad literaria, más allá de los diferentes grupos y corrientes (como el ‘boom’), como para que varios escritores más hubieran ganado el Premio Nobel de forma autónoma?

De hecho que ha habido y que aún hay dicha diversidad, por cierto aún no debidamente conocida ni reconocida. Quedarían aún tantos autores por considerar, como por ejemplo Ernesto Sábato (que el próximo junio cumple ¡100 años!, y que de alguna manera es nuestro Dostoievski), si bien en Argentina, su país natal, hay muchos que no lo favorecen. De los que ya se fueron, inevitable pensar en Rulfo (pese a su enorme discreción y timidez), Onetti, Cortázar, Mujica Láynez, los ya mencionados Lezama Lima y Carpentier, Bioy Casares y, por cierto, Borges, quien solía decir que siempre vivía a la víspera de ganar el Nobel.

6. ¿Se ha zanjado, desde el punto de vista del propio galardón, una época de la literatura latinoamericana con el Premio Nobel a Vargas Llosa? ¿La candidatura de Carlos Fuentes perderá importancia a partir de ahora?

Si con saldar una época de la literatura latinoamericana se refiere a haber cumplido ya con el Boom (al que pertenecieron Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Donoso), es posible que la importancia de Fuentes en función de ese Premio se relativice. Para mí lo que sería especialmente interesante es que, si seguimos siempre con el Nobel, es que se abriera una subcategoría para premiar a los grandes autores ya fallecidos. Con ello, no solo se haría justicia póstuma con los verdaderos grandes (Tolstoi, Proust, Kafka…), sino que además se apaciguarían las aguas (aunque no sé para qué). En ese mismo rubro, en el Perú, sin vacilación alguna, el premio iría para los poetas César Vallejo y Martín Adán, y para el novelista José María Arguedas, cuyo centenario se celebra este 2011,

7. ¿Quiénes son los “antiguos” escritores y poetas latinoamericanos que aún quedan con opciones de ganar el Nobel? ¿quiénes serán los candidatos del futuro, los renovadores?

De los “nobelables”, siguen en cartelera el mexicano Carlos Fuentes, el nicaragüense Ernesto Cardenal, los chilenos Nicanor Parra y Gonzalo Rojas, y algunos más. Yo, sin embargo, entre los menos conocidos, se lo concedería sin ninguna duda al argentino Héctor Tizón, natural de la andina Jujuy, quien tiene cuentos y novelas magistrales como por ejemplo Fuego en Casabindo, que está a la altura de Pedro Páramo de Juan Rulfo, lo que no es poco decir.

8. ¿Cuál es su visión general y opinión personal sobre el Premio Nobel de Literatura en su relación con América Latina?

Si bien el Premio Nobel es el galardón más importante y prestigioso de la humanidad, no me parece, en parte por las razones ya mencionadas, que sea ni infalible ni representativo; de ahí que encuentre inútil, chocante y hasta de mal gusto hacer anticampañas contra los que lo han recibido (ahora mismo hay una muy fuerte contra Vargas Llosa) o campañas a muerte a favor de otros, sobre todo en razón de la lengua o la nacionalidad. A mí lo que me importa es que el ganador -siempre hablando del Nobel- sea en verdad el dueño de una obra estupenda, de gran calidad y que tenga visos de durar en el curso del tiempo por causa de sus cualidades artísticas. Todo lo demás (idioma, opción política, lugar y fecha de nacimiento), no tienen la menor importancia.

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