viernes, 29 de abril de 2011

Roger Santivañez: Poemas inéditos


El poeta Roger Santiváñez nació en Piura, costa norte del Perú. En 2010 salió en España su libro ‘Amaranth precedido de Amastris’ bajo el sello Amargord de Madrid. Este año aparecerá en Lima la edición peruana de ‘Amaranth’ con Tranvía Editores, así como ‘Roberts Pool Crepúsculos’ por Ediciones Hipocampo. Actualmente es profesor de español avanzado en Temple University, Filadelfia. Estos poemas pertenecen a una nueva colección en proceso de escritura.




SEMPER AMAT

1
Perfectas son las piernas de la ninfa en short
Sobre el césped redondea el mundo de un oro
Más dulce que cualquier canción de amor

El cielo enlaza nubes a la azul rutilante
Precocidad asume que el verano se pro
Longa en su cintura ice-cream & en el

Borde de los muslos flota un agua purísima
Los chiquillos le ponían los cabellos en la
Frente mientras uno a uno la punteaban

Ligeros jugueteando en el fondo del jardín
& ella sonreía a mi visión llena de jacintos
La grama más clara hacia el atardecer

Perfume inadvertido del jardín lejano
Ritmo impreso en el morir del día con
La fronda al compás del aire refrescando


2

El pequeño bosque rodea la piscina
Su verdor me alcanza con augusta
Brisa sáfica briza el tapiz ex

Tenso donde fulgen tus doradas formas
Apenas cubiertas por inusitados aires
Núbiles preñándote de ausencia del

Arbol desconocido brotaron los frutales se
Escucharon los arpegios más lindos previos
Al silencio total que viene con la noche

El tiempo sucumbe ante los rápidos vanitas
Más celeste que las propias aguas intranquilas
Donde busco el enigma de un día de dolor

Para sondear la densa liquidez & sentir
La refrescante tibieza helada de una
Belleza chiquita & calatita deshaciéndose


3

Memoria del almendro en mi jardín
Su sombra todavía me enternece si
Escribo del verano adolescente para

Qué las hojas caen sobre el pasto
Se vuelven amarillas muertas cómo
Suenan si camino sobre ellas plash

Plash & el mundo está nítido a esa
Hora perfecta vientos del desierto lau
Reles de Vice al final de la civilizada

Vía cerca del mar el insólito balneario
Brisa que alegra los flamencos a lo lejos
Hacen línea al fondo en la orilla de

La isla perfume de caballa frita
& el sol que se prende en tus pe
Zones dorados no me queda sino

El dibujo bajo la lycra

viernes, 8 de abril de 2011

Poemas de Teresa Cabrera: Sueño de pez o neblina


Presentamos en el remozado blog ¡Oh, palabras vírgenes! algunos poemas de la estupenda poeta Teresa Cabrera (1981) tomados de su reciente primer libro Sueño de pez o neblina(Álbum del Universo Bakterial, 2010). Uno de los mejores proyectos que he podido leer de la poesía peruana reciente.







bautismo

mi nombre dibujé con tiza
con un pedazo de carbón sobre la piedra
sobre la losa deportiva mi nombre
que vino entre cucharadas de té
esperpentos de hierba
que mi madre inhalaba con la toalla percudida
en la cabeza y el mentol chino
picando las espuelas
en sus sienes mi nombre
nunca tallado en el árbol enlazado al de la doncella

sin huerto ni saber alguno
apenas la triste fracción de este budín,
pan viejo y rancio
remojado

con el cucharón restriego el fondo carcomido de la cacerola
con su tizne dibujo mi nombre en el plato
con hastío
hasta un poco de boldo al tiempo dura agua
no el gargüero sería
hilo de sangre en medio de una carraspera

vino a mi madre este nombre
que he dibujado con un pedazo de tiza
un pedazo de carbón que se hace amargo cisco
en mi boca
mientras le estampan el sello
le dejan entre un montón de papeles
y a mi me salpican cal

y un poco de agua bendita.



la mota de polvo sobre los muebles
y tableros
ha aguardado todo el día para iniciar su procesión
y ahora, mientras duermes
baja hasta el parqué a revolcarse en silencio

una vez convertida en húmeda pelusa, se desliza
hasta devenir en contubernio
y rodar hacia la cama
para encaramarse entre tu bofe de durmiente
de donde yo escucho su hilillo rastrero silbar

las agujas fosforescentes del reloj
son guadañas
así iluminadas para que quien abra los ojos
en la oscuridad
sepa en qué extremo de la hilera discurre
su engañada vigilia
y espere con paciencia

pero yo no estoy entrenada en la paciencia
este es el momento en que me siento pobre
apenas capaz de aguardar con terror
el retorcimiento malévolo de los ácaros
que celebran tu siguiente acceso de tos
y la impotencia de mi amor
que se me acaba en tocar tu pijama de franela
queriendo ser menta
o hervor de eucalipto

un entrevero de hierbas que te limpie el pecho
y haga benéfico tu sueño,
luminoso tu alveolo.


la loma se dibuja lentamente en línea de horizonte
hasta ser un animal-pez crispado que se acerca
y se retuerce falto de aire
desplazando los azules del albor
haciéndome pariente y carne con la arena
denso instante en que es el moscardón
ave perfecta en las orejas
y el limpio rastro en que amor se troca
es comprarte el pan en la mañana
sin aroma de pradera ninguno
o azahares en medio de jardín en san isidro
sino el sol como un planeta que viniera
que se expande y ondula
sobre los tajos en la arena
de los que nace la ciudad
aquí en lomo de corvina.



Miras al frente y hablas
sin notar cómo la pista es un rastro de carbón
que se resiste a la superficie
como pez herido por anzuelo
o que en grueso cerco se torna el médano,
y muda su humor de bestia que silba
y cría vapores y cascajos
bajo su pelambre sembrado de palos, prójimos y perros
- que ahora no vemos

no es largo el camino de regreso
mas holgado nido para el pensamiento,
que pronto es veloz hilo de bayeta que se enreda
y se hace nudos

era neblina -me dices
pero yo no me conformo
prefiero escribirla:

con algo más de seso
no sería difícil torcer una inocente neblina de marzo
para que se avenga a mi sospecha
hasta hacerla metáfora
o pendiente que describa mi rezago.